Fuente: http://one.elpais.com
Texto: José L. Álvarez Cedena
El rock and roll es ante todo actitud. Vale, a veces también hay que saber tocar. Pero si seguimos las lecciones de Manolo Caracol, un flamenco que se movía con el glamour macarra de las estrellas del rock, lo esencial es la pose, el estilo, la forma de encarar lo que se hace. "Lo importante para cantar bien, a mi entender, -decía Caracol- el consejo que doy a la juventud, es el siguiente: para cantar bien a usted le tiene que gustar muchísimo el vino. Tiene que fumar todo lo que pueda. Le tienen que gustar las mujeres una cosa mala. Tiene usted que ir toda la temporada a los toros. Y luego, si tiene usted buena voz, mejor que mejor". Lo dicho, actitud. Y una salud de hierro para soportar semejantes consejos.
Lo normal es que la gente tenga mayor estima por su salud. También menos talento (y menos voz) que el mítico Caracol. Pero todo el mundo debería tener la oportunidad de sentirse una estrella del rock alguna vez en su vida. Escuchar a los fans rugir a sus pies. Experimentar la enorme energía que puede transmitir un rif de guitarra bien ejecutado. Las opciones son montar una banda y triunfar (nunca es tarde: los viejos rockeros nunca mueren cantaba Miguel Ríos) o entregarse a la realidad virtual para ser una rockstar a tiempo parcial. “Prácticamente todo el mundo ama la música -afirma Alex Rigopulos, uno de los fundadores de Harmonix (estudio responsable de videojuegos como Rock Band, entre otros)- y en algún momento de sus vidas han intentado aprender a toca un instrumento. Y prácticamente todo el mundo abandona después de unos pocos meses o un año, porque el camino hasta convertirse en un maestro de un instrumento real es demasiado difícil y doloroso”. Rigopulos, graduado en composición por la universidad de Berklee, ha centrado toda su carrera en la creación de juegos que acercaran la sensación de interpretar música a quienes no saben tocar un instrumento. Después de haberse convertido en una de las personalidades más reconocidas de la industria gracias al éxito de las franquicias Guitar Hero y Rock Band, Rigopulos asegura que la madurez en el desarrollo actual de la realidad virtual permite ir un paso más allá para que el jugador viva la experiencia de subirse a un escenario y tocar con una banda.
Aunque ha habido muchas vocaciones musicales que se despertaron gracias a la jugabilidad de sus títulos anteriores, en Harmonix no creen que la función de los juegos sea enseñar a tocar un instrumento. Se trata, simplemente, de disfrutar de la música. Una experiencia que se multiplica con la realidad virtual, puesto que con el nuevo Rock Band se pasa de mirar fijamente una pantalla para no perder la secuencia de teclas, a moverse libremente por el escenario e interactuar con el resto de músicos de tu banda. Los imitadores de Angus Young, sin duda, están de enhorabuena.
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